SINALOA

PROGRAMACIÓN DE ESTIMULACIÓN DE LLUVIAS EN SINALOA

 Desde hace 13 días inició el programa de estimulación de lluvias, incrementando la precipitación en los vasos de las presas del centro del estado principalmente, aseveró Alejandro González Gastélum Bon Bustamante.

Dijo que los torrenciales aguaceros que han caído sobre la ciudad no son provocados por este sistema,  ya que el bombardeo de nubes, ha sido en la zona serrana.

“Al decidir sembrar una nube estamos tomando en consideración la trayectoria que lleva y  si no va a precipitar en el área objetivo de nosotros, que son la sierra y las presas, no las sembramos,  entonces estamos monitoreando la trayectoria que lleva la nubes”, aseveró.

Sobre la certeza de que la nube que inyectan con el material para  provocar la lluvia no se vaya a otra parte con el viento y que esta caiga en el valle, el coordinador del programa de Estimulación de lluvias, explicó la función del radar doppler que se tiene para mayor certeza de los pilotos y estos suelten las bengalas en el momento adecuado.

“Con el radar nos da la facilidad, de proyectar en tiempo real hacia donde se dirigen y hasta donde van a estar en 20, 30 o 60 minutos de tal manera es una tormenta que no nos sirve”, expuso.

Alejandro González aseguró que pese a que se han registrado lluvias torrenciales en el valle, estas no se deben a este sistema de estimulación, sino a que también se han presentado condiciones naturales, como fue el choque de remanentes de la tormenta “Fernand” y una baja presión.

Señaló que lo ideal es que las presas lleguen al 65 por ciento de su nivel de almacenamiento para tener un ciclo normal de siembras otoño-invierno, pero en el caso de las del centro, aun y que sí les ha generado aportaciones estas últimas lluvias, son todavía insuficientes para alcanzar ese nivel antes de octubre.

La estimulación de lluvias consiste en arrojar desde un avión bimotor, unas bengalas que explotan cloruro de potasio, cloruro de magnesio, y yoduro de plata. Estos materiales se colocan sobre las alas de la aeronave que despega justo cuando el meteorólogo encargado del radar doppler indica que hay, viento adecuado y nubes de tormenta (cumulonimbus) con carga suficiente de granizo para caer en la zona serrana o presas.

Y es que aunque la nube vaya a descargar, la estimulación aplica un producto que divide el granizo en varios fragmentos propiciando una lluvia mayor a la esperada de manera normal.

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