El huracán Dorian azotó las islas Bahamas el domingo con lluvias torrenciales y vientos cercanos a los 300 km/h, dejando al menos un muerto y una estela de destrucción mientras se desplaza con una trayectoria incierta hacia la costa este de Estados Unidos, donde se ordenó la evacuación de cientos de miles de personas.
Se informó sobre la muerte de un niño por la fuerte subida de las aguas en Islas Ábaco por el paso del ciclón, mientras que su hermana está desaparecida.
La abuela del menor, identificado como Lachino McIntosh, dijo a Eyewitness News que la información le fue proporcionada por su propia hija tras hallar el cadáver de su hijo.
Las autoridades esperan que la cifra de fallecidos incremente considerablemente debido a la destrucción causada, según reportes de la prensa local.
La Cruz Roja Internacional catalogó el impacto de la tormenta de “catastrófico” en las Bahamas, un archipiélago formado por 700 islas, islotes y cayos.
De categoría 5, con vientos sostenidos de 295 km/h, Dorian tocó tierra al mediodía en el cayo Elbow de las islas Ábaco, en el noroeste de las Bahamas, como el huracán más poderoso en impactar el archipiélago.
Joy Jibrilu, directora general del ministerio de Turismo y Aviación de las Bahamas, dijo “Hubo daños enormes en propiedades e infraestructura. Por suerte no se reportaron pérdidas humanas”.
El Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos lo catalogó como el segundo ciclón más poderoso registrado en la cuenca del Atlántico, y las imágenes publicadas en las redes sociales mostraban gran destrucción.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami, informó que al tocar tierra, Dorian igualó el récord del huracán más potente del Atlántico, que data de 1935. Su director, Ken Graham, aseguró que se trata de “una situación extremadamente peligrosa”.