Al menos 32 personas, incluyendo varios niños, fallecieron el miércoles por la explosión de una bomba caminera al paso un autobús en el oeste de Afganistán, dijo un funcionario provincial.
La mayoría de los 15 heridos tenían un pronóstico crítico, señaló Mohibullah Mohib, vocero del jefe de la policía de la provincia de Farah, por lo que la cifra de víctimas mortales podría aumentar.
El vehículo circulaba por una vía principal entre la ciudad de Herat, en el oeste del país, y Kandahar, en el sur.
Ningún grupo se atribuyó de inmediato la autoría del ataque, pero los talibanes operan en la región y suelen emplear bombas camineras contra funcionarios del gobierno y miembros de las fuerzas de seguridad. El grupo insurgente sigue perpetrando atentados regularmente pese a las conversaciones de paz que mantiene con Estados Unidos para poner fin a una guerra que dura ya 18 años.
El ataque se produjo un día después de que la misión de Naciones Unidas en Afganistán afirmó en un reporte que, en la primera mitad del año, la mayoría de las víctimas civiles del conflicto fueron causadas por las fuerzas afganas y sus aliados internacionales.