Investigadores de la Johns Hopkins Medicine han hallado evidencia de que la enfermedad de Parkinson se origina en las células del intestino y viaja a través de las neuronas del cuerpo hasta el cerebro.
El estudio en ratones, que publica la revista ‘Neuron’, ofrece un modelo nuevo y más preciso para probar tratamientos que podrían prevenir o detener la progresión de la enfermedad de Parkinson.
Estos hallazgos proporcionan una prueba más del papel del intestino en la enfermedad de Parkinson, y nos brindan un modelo para estudiar la progresión de la enfermedad desde el principio”, destaca el doctor Ted Dawson, director del Instituto Johns Hopkins de Ingeniería Celular y profesor de neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
La enfermedad de Parkinson se caracteriza por la acumulación de una proteína mal plegada, llamada alfa-sinucleína, en las células del cerebro. A medida que la mayoría de estas proteínas comienzan a agruparse, causan la muerte de los tejidos nerviosos, dejando atrás grandes franjas de materia cerebral muerta conocida como cuerpos de Lewy. Y a medida que las células cerebrales mueren, afectan la capacidad de una persona para moverse, pensar o regular las emociones.
El nuevo estudio se basa en las observaciones realizadas en 2003 por el neuroanatomista alemán Heiko Braak, quien mostró que las personas con enfermedad de Parkinson también tenían acumulaciones de la proteína alfa-sinucleína plegada en las partes del sistema nervioso central que controla el intestino.
La aparición de estas proteínas dañinas para las neuronas es consistente con algunos de los primeros síntomas de la enfermedad de Parkinson, que incluyen el estreñimiento, dice el doctor Han Seok Ko, profesor asociado de neurología en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. Braak planteó la hipótesis de que la enfermedad de Parkinson avanzaba hasta los nervios que conectan el intestino y el cerebro, para subir como por una escalera.
El creciente número de evidencias ha implicado la conexión cerebro-intestino en el inicio de la enfermedad de Parkinson.
En general, los resultados de este estudio muestran que la alfa-sinucleína mal plegada puede transmitirse del intestino al cerebro en ratones a lo largo del nervio vago, y el bloqueo de la ruta de transmisión podría ser clave para prevenir las manifestaciones físicas y cognitivas de la enfermedad de Parkinson.