En la visita del presidente Donald Trump al Palacio de Buckingham donde sostuvo una reunión la Reina Isabel II, una multitud de británicos protestaron en contra de dicho encuentro y ahora de nuevo protestaron en el centro de Londres, pero esta vez con más ingenio.
Manifestantes gritaron, tocaron tambores y agitaron pancartas en lo que los organizadores llamaron el “Carnaval de la Resistencia” en la Plaza Trafalgar, mientras la primera ministra Theresa May mantenía conversaciones con Trump.
El líder del Partido Laborista de la oposición británica, Jeremy Corbyn, se dirigió a los manifestantes, calificando la protesta como “la encarnación viva de lo que es una sociedad democrática”.
El tono de la protesta era dado por una gran estatua de Trump sentado en un retrete dorado con sus pantalones alrededor de los tobillos. La gente sostenía pancartas que decían “Mantén tus diminutas manos lejos de nuestra Reina”, “Enciérrenlo en la torre” y “¡Liberen a Melania!”.