La idea de que el combate a la pobreza mejore la desigualdad social no es posible si no se toma en cuenta la discriminación y se integra al diseño de las políticas públicas, afirma Alexandra Haas Paciuc, titular del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
En su participación en la presentación del Prontuario de Resultados en la Encuesta Nacional Sobre Discriminación 2017, dijo que es necesario considerar que la sociedad no es homogénea, “las personas no se tienen que adaptar y volverse homogéneas para poder cumplir con la expectativa de la política pública”.
Señaló que se tiene que hacer al revés, hay que tomar en cuenta los grupos discriminados en función del género, de la edad, en el ámbito de su residencia, su universo económico, la discapacidad, la preferencia sexual, que son prácticas de discriminación.
Expuso que en ocasiones el Estado ha puesto sobre el individuo, sobre la persona, toda la carga para combatir esas brechas en lugar de tomar acciones para que esas brechas dejen de existir.
A su vez, el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, manifestó que dentro de un Estado democrático, la no discriminación es un derecho fundamental cuya promoción, respeto y garantía corresponde a todas sus autoridades, en los tres órdenes de gobierno.
No basta con campañas edificantes, proigualdad, sino que se requieren medidas estructurales de prevención, combate y sanción de la discriminación, enfatizó el ombudsman nacional.