El papa Francisco aceptó el sábado la renuncia del cardenal Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago de Chile, y nombró a un sustituto temporal para gobernar la arquidiócesis más importante de Chile después de que Ezzati se viera involucrado en varios escándalos de abuso sexual y encubrimiento en el país sudamericano.
El Papa nombró como reemplazo temporal del prelado el actual obispo de Copiapó, monseñor Celestino Aos Braco.
Ezzati, de 77 años, presentó su dimisión hace dos años, cuando alcanzó la edad de jubilación obligatoria de 75 años, pero Francisco lo mantuvo en su cargo.
El prelado se volvió el foco de la ira de las víctimas de abuso por haber manejado mal varios casos.
El propio Francisco fue alcanzado por el escándalo después de desacreditar inicialmente a las víctimas durante su viaje a Chile en 2018.
Después de darse cuenta de su error, el Papa convocó a todos los obispos activos de Chile al Vaticano y los obligó a ofrecer sus renuncias.
Estaba previsto que Ezzati comparezca la semana próxima ante la fiscalía a declarar como parte de la investigación al sacerdote Tito Rivera, acusado de haber violado a una persona dentro de la catedral, algo presuntamente encubierto por Ezzati.
También tiene pendiente una investigación fiscal por casos de pederastia confesados por el excanciller de la arquidiócesis de Santiago, Óscar Muñoz, denunciado también por violación.