Un tifón golpeó este sábado la costa oeste de Corea del Sur, donde derribó árboles, canceló vuelos y causó al menos dos muertos, antes de tocar tierra en Corea del Norte.
Una mujer de 75 años murió en la localidad de Boryeong, en el centro del país, luego de que los fuertes vientos del tifón Lingling la derribaron y estrellaron contra una pared a 30 metros de distancia.
Una persona de 38 años perdió la vida por el derrumbe de un muro en el estacionamiento de un hospital en la ciudad occidental de Incheon.
Al menos ocho personas fueron atendidas por diversas lesiones, incluyendo una pareja de ancianos de Boryeong a quienes les cayó un andamio de acero sobre su casa, dijo el gobierno surcoreano.
El meteoro dejó sin electricidad a más de 57 mil viviendas en todo el país, incluyendo en la isla de Jeju, en el sur, a donde Lingling llegó durante la noche, señaló el Ministerio del Interior y Seguridad.
La tormenta derribó árboles y farolas y dañó letreros de edificios y señales del tránsito tanto en el territorio continental como en Jeju.
Las autoridades cancelaron más de 120 vuelos en todo el país y 38 personas fueron evacuadas de sus viviendas inundadas en Gwangju, una ciudad próxima a la capital, Seúl.
Al otro lado de la frontera, el líder norcoreano, Kim Jong Un, “convocó urgentemente” a una reunión de emergencia el viernes para examinar las tareas de prevención de desastres, y reprendió a funcionarios gubernamentales a los que describió como “impotentes ante el tifón, inconscientes de su gravedad y presa de un sentimiento indolente”, señaló la Agencia Noticiosa Central Coreana.
Kim exhortó a sus fuerzas armadas a impulsar las estrategias nacionales para reducir al mínimo los daños provocados por el tifón, algo que dijo sería un “esfuerzo enorme” que requeriría que todo el país se prepare, agregó la agencia.