El Gobierno de Estados Unidos reconoció este miércoles que los menores inmigrantes separados de sus familiares en la frontera en año pasado sufrieron problemas mentales, como estrés postraumático, durante el periodo que estuvieron alejados de sus padres.
La Oficina del Inspector General del Departamento de Servicios de Salud y Humanos (HHS, en inglés), que se encarga de supervisar la labor de esta agencia, reveló en un informe, con fecha de ayer, pero dado a conocer este miércoles, que los menores padecieron problemas graves de salud mental.
El comité supervisor recomendó al Ejecutivo que contrate más personal especializado en cuidados mentales.
El informe señala que los cambios en la política migratoria del país en 2018, principalmente las medidas de “tolerancia cero” promulgadas por el presidente estadounidense, Donald Trump, “exacerbaron estas preocupaciones”.
Dichas medidas resultaron en estancias más largas de los menores bajo la custodia de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) y en un rápido aumento en el número de niños más pequeños, muchos de ellos separados de sus padres.