Troncos de árboles ennegrecidos yacen ardiendo en el suelo carbonizado mientras el humo espeso ahoga la selva amazónica de Brasil, una escena de devastación que se repite en el “pulmón del planeta”.
El colorido y bullente ruido de la selva amazónica ha cambiado por el crujiente silencio de las llamas que consumen todo a su paso, las primeras escenas con animales que no alcanzaron a huir y murieron víctimas del humo o las llamas; es solo la punta de la tragedia ecológica que se aproxima.
En algunos lugares, árboles solitarios siguen de pie, rodeados de tierra quemada, como evidencia de la destrucción de un bosque que según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) alberga a cientos de especies animales y vegetales amenazadas.
Según WWF, hay 427 especies de mamíferos, mil 300 de aves, 378 de reptiles, más de 400 de anfibios, 2.5 millones de especies de insectos y alrededor de 3 mil de peces de agua dulce, además de las más de 40 mil especies de plantas.
Con los incendios aún activos, es pronto para valorar la magnitud de afectaciones a la fauna y flora en la Amazonía, una de las regiones con mayor biodiversidad del mundo donde continuamente se descubren nuevas especies animales.
En entrevista para BBC, el biólogo Izar Aximoff comentó que “dan ganas de llorar. La pérdida es invaluable”.
“Se transformó en silencio, animales carbonizados, olor a carne quemada, desolación. Todo está negro y uno se llena de todo ese residuo de carbón”, comenta Izar Aximoff.