Investigaciones previas advierten que las personas con jornadas laborales extenuantes pueden experimentar estrés crónico, ansiedad y depresión, padecimientos que de alguna manera son controlables y se puede vivir con ellos, aunque con una menor calidad de vida.
Investigadores de la UCL Epidemiology & Public Health descubrieron e informan que se pueden presentar afecciones consideradas como mortales si se lleva un acelerado ritmo de vida, con pocas horas de descanso o mínimos ratos de esparcimiento.
Al revisar 25 estudios en los que participaron más de 600 mil hombres y mujeres de toda Europa, Estados Unidos y Australia, monitoreados durante ocho años, se percataron que aquellos que trabajaban 55 horas o más por semana tenían el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular del 33%, en comparación con quienes trabajan una semana laboral equilibrada de 35 a 40 horas.
Trabajar las horas más largas también conlleva un riesgo 13 % mayor de desarrollar enfermedad coronaria.
Los investigadores encontraron un patrón claro de que cuanto más tiempo trabajes, mayor será el riesgo de accidente cerebrovascular y enfermedad cardíaca, incluso teniendo en cuenta otros factores de riesgo conocidos, como: Edad, Sexo o Estado socioeconómico.
Además de modificadores de comportamiento como fumar, alcohol consumo y actividad física.
Trabajar entre 41 y 48 horas brinda un 10 % más de riesgo de accidente cerebrovascular, que aumenta a un 27 % si trabajas de más de 50 horas a la semana.
Los hallazgos, publicados en The Lancet, podrían tener implicaciones importantes para la forma en que abordamos el concepto de trabajo, semana laboral y adicción al trabajo.