Una pelea entre dos grupos de narcotraficantes desató un motín que dejó 57 muertos en el penal de Altamira, en Pará, Brasil. De los fallecidos, 16 fueron decapitados, el resto murió asfixiado, ya que reos prendieron fuego a las celdas, según las autoridades de la Superintendencia del Sistema Penitenciario de Pará (Susipe).
De acuerdo con los primeros reportes de las autoridades, un grupo de presos entró a las celdas donde se encontraban sus rivales y los asesinó. Luego incendió las celdas.
Líderes del Comando Classe A prendieron fuego a una celda de uno de los pabellones de la prisión, donde estaban los miembros del Comando Vermelho”, reportaron autoridades penitenciarias en un comunicado.
El incendio se propagó rápidamente, los presos se resguardaron en viejos contenedores que habían sido adaptados para la cárcel mientras se construye otra instalación, explicó Jarbas Vasconcelos, jefe estatal de prisiones, en conferencia de prensa.
Durante varias horas la policía no pudo ingresar debido al fuego. El centro de reclusión alberga a 372 detenidos, cuando su capacidad es para 208.
La masacre de ayer es la peor en el año, luego de que en mayo pasado hubo 55 muertos en un penal en la Amazonia.
La ola de enfrentamientos que data a inicios de 2017 son atribuidos a rivalidades entre bandas por el control de las rutas del tráfico de cocaína
