La catalepsia o “muerte aparente” es un trastorno que afecta al sistema nervioso central, el cual presenta los síntomas comunes de un deceso, pero sin que lo sea. Lo llamativo de este trastorno es que quien lo padece puede estar consiente de lo que ocurre a su alrededor, semiconsciente o totalmente inconsciente.
De acuerdo con un estudio publicado en The National Institute of Health, Estados Unidos, la catalepsia se caracteriza por una parálisis corporal acompañada del endurecimiento y tensión de los músculos a tal grado que son incapaces de realizar ningún tipo de movimiento. Una de las razones por las que suele relacionarse con el fallecimiento es porque dicho estado se puede presentar por algunos minutos, horas y en casos extremos hasta semanas en las cuales las personas no muestran ningún signo evidente de vida.
Todos somos vulnerables a presentar catalepsia, ya que aparece de manera repentina y se ha presentado en personas sanas. Sin embargo, se ha asociado a los trastornos psicóticos, sobre todo en personas que padecen de esquizofrenia. Además, las personas que han pasado por tratamientos de rehabilitación como alcohol, drogas o narcóticos también son propensas a padecerla.
Aunque también se ha demostrado que las personas con obesidad, Parkinson, epilepsia, depresión y apnea del sueño.
Si has experimentado un episodio de catalepsia, o conoces a alguien quien le haya pasado, es importante que se realice un electroencefalograma, es decir, un estudio que registra la actividad del cerebro y detecta anomalías con la finalidad de valorar el trastorno, ya que aún no existe un tratamiento para la catalepsia, pero es necesario detectar la causa que lo detonó y contar con un proceso de actuación para que pueda mejorar la calidad de vida del paciente.
Aunque no existe un tratamiento, un ataque cataléptico sí se puede tratar con un baño de pies caliente en sustancias aromáticas como la menta o lavanda y un masaje estimulante de columna vertebral y abdomen, esto ayuda a que el paciente recupere el movimiento.