La galaxia espiral NGC 3147 ha resultado ser muy poco usual, según lo observado por el Telescopio Espacial Hubble. Está a 130 millones de años luz de distancia, contiene un agujero negro supermasivo en su corazón que tiene una masa 250 millones de veces mayor que la de nuestro Sol. Lo que los astrónomos no esperaban encontrar es un estrecho disco de material girando alrededor del agujero negro.
El estudio del agujero negro y su disco fue publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society Letters.
La galaxia está activa, pero es de baja luminosidad. Esto significa que el agujero negro en el centro debería estar hambriento porque no hay suficiente material en la galaxia para alimentarlo.
Stefano Bianchi, de la Universidad de Roma III, y sus colegas seleccionaron inicialmente NGC 3147 para validar modelos aceptados sobre galaxias activas de baja luminosidad: aquellas con agujeros negros desnutridos.
“El tipo de disco que vemos es un cuásar a escala que no esperábamos que existiera. Es el mismo tipo de disco que vemos en objetos que son 1.000 o incluso 100.000 veces más luminosos. Las predicciones de los modelos actuales para galaxias activas muy débiles claramente fallaron”, señaló Bianchi, quien quedó muy sorprendido por el descubrimiento.
Los discos se encuentran típicamente en galaxias extremadamente activas. Por lo tanto, es desconcertante que haya un disco fino rodeando un agujero negro hambriento que imita a los discos mucho más grandes que se encuentran en las galaxias activas.
El Hubble fue capaz de medir el material en el disco y los astrónomos determinaron que está girando alrededor del agujero negro a más del 10% de la velocidad de la luz.
La velocidad hace que el gas se perciba más brillante a medida que se mueve en dirección a la Tierra y más tenue a medida que se aleja, lo que se denomina relativista. Debido a que el disco de gas está tan profundamente incrustado en el agujero negro, la luz no puede escapar, por lo que parece estirada.
