El gobierno de Sri Lanka impuso un toque de queda a nivel nacional y bloqueó temporalmente las redes sociales, luego de un brote de violencia entre comunidades en aparente respuesta a los ataques del Domingo de Pascua ocurridos el mes pasado en los que murieron más de 250 personas, informaron las autoridades el lunes.
La violencia empezó con unas pocas tiendas que el domingo fueron apedreadas en la localidad de Kuliyapitiya, en el noroeste del país, de acuerdo con el jefe interino de la policía, C.D. Wickramaratne. La situación fue controlada al poco tiempo, pero el lunes grupos realizaron actos violentos a una escala más grande, comentó.
“Este pequeño grupo debe abandonar este peligroso juego contra las vidas y propiedades de personas inocentes”, dijo Wickramaratne en un discurso televisado. “No permitiremos que el país sea conducido a la anarquía por aquellos que imponen su fuerza sobre los civiles desarmados e inocentes”.
Advirtió que las personas que sean detenidas por quebrantar la ley podrían ser sancionadas con hasta 10 años en prisión.
El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, dijo en un discurso dirigido a la nación que las fuerzas de seguridad habían controlado la violencia, pero que el gobierno decidió imponer el toque de queda para impedir que se propagara a otras partes del país.