El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que le heredaron un país con el mayor nivel de violencia producto del crimen y de muertes, que no eran vistas desde la Revolución Mexicana, y se comprometió a reducir el promedio diario de homicidio doloso en el país a 1.8%.
El jefe del Ejecutivo Federal refirió que 2018 fue el año más violento en la historia de México, lo cual detonó a partir de la Guerra en Contra del Crimen, iniciada en el sexenio del expresidente Felipe Calderón, que fue mal planificada, como no será el caso, prometió, de la recién creada Guardia Nacional.
“En dos sexenios perdieron la vida, desde que un presidente declaró la guerra al narcotráfico y le pegó un garrotazo a lo tonto al avispero, alrededor de 250 mil mexicanos”, comentó López Obrador sobre la estrategia de Calderón Hinojosa.
De acuerdo a cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad en los primeros 90 días del nuevo gobierno se registraron 12 mil 776 muertes por homicidio doloso, cifras aún más elevadas que las de los últimos meses del gobierno de Enrique Peña Nieto.
“Nos dejaron un país con mucha violencia y mucha corrupción, que ya no hay. Estamos controlando la situación”, respondió López Obrador.
Y añadió: “No estoy diciendo que está resuelto el problema. Lo que estoy diciendo es que hemos mantenido los niveles que existían anteriormente, o se revirtió la tendencia que traíamos sobre el delito de homicidios”.