Luego de recibir el Oscar especial por la instalación Carne y arena, el mexicano Alejandro González Iñárritu hace observaciones sobre las reacciones que ha provocado la obra desde su presentación en Cannes y asegura que “el cine no consigue el impacto emocional de la realidad virtual”.
Me ha sorprendido la unanimidad de su impacto emocional. Ninguna película podría haber provocado una respuesta así, afirmó el de Ciudad de México, sentado en una sala del Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA), donde la instalación “Carne y arena” agota cada día las entradas.
Una película la observas, la ves… pero esto lo experimentas. El impacto que deja en la gente trasciende la experiencia bidimensional o pasiva del cine. Eso tiene que ver más con la verdad que encierra la pieza que con otras virtudes. Hay una verdad innegable, y es la realidad de esas personas, declaró el cineasta.
El cineasta se refiere al drama de los inmigrantes que refleja su obra, basada en experiencias reales y la cual permite al espectador adentrarse en el desierto de Sonora y acompañar a un grupo de personas, lideradas por un “coyote”, un traficante de persona, que tratan de entrar ilegalmente en Estados Unidos.
No estamos acostumbrados a que la realidad nos emocione y nos afecte. Las ideologías nos han secuestrado los cerebros, nos inducen a interpretar las cosas y no verlas como son. Ya nadie está presente en la realidad. No estamos sensibilizados”, reflexionó el realizador de 54 años.
“Por eso”, agregó, “tristemente me pareció que, para hablar de la realidad, debíamos recurrir a la realidad virtual”.